viernes, 25 de noviembre de 2011

Nos otros

"Esa es su forma quizás, aparece después de un tiempo, yo cacho que necesita saber de ti, saber como estás, si estás bien, aunque si estuvieras mal no se lo dirías".


"Bloquear", bloquear a alguien de facebook, eliminarlo de msn, cortar esos lazos "cibernéticos" es fácil, ahora, en la vida real no es tan simple, es harto más complejo.
Hace dos días estaba conectada y apareció la ventana de msn, con el mismo nombre de siempre, aunque traté de negarlo, de ocultarlo o de suprimirlo los nervios llegaron a mi, me paré y empecé a caminar, así como cuando camina un futuro papá en la sala de espera.


¿Qué hago?, ¿le hablo?, no mejor no, que tonta!, las "ganas" de hablar que antes eran infinitas se alejaban, cerré la ventana y seguí, como he seguido todo este tiempo.
Después de un rato llega un "hola", había que responderlo, tenía que hacerlo y quería hacerlo, "hola", "cómo estay?", "bien y tu?", "bien", ese bien hizo que toda ese incertidumbre y esas preocupaciones se apagaran, igual es fácil decir "estoy bien" y no estarlo pero no puedo imaginarme cosas, no más!, toca creer. La conversación siguió el curso normal, sentí una lejanía marcada, ganas de no involucrar mucho, ya no podemos involucrar mucho, mucho de nada.



Fue bueno, fue bueno hablar y sentir que irrevocablemente será parte de mi vida pero de esa forma tan distinta, ya no es esa pará de pendeja encantada, encariñada, pegá con un weón que tiene su propia vida, esa etapa "amorosa" ya quedó atrás. Con ese "hola" ya no me sentí una tonta, una tonta que se preocupaba de quien ya no lo hacía por ella. Quizás escriba otra vez en 2 o 3 o 9 meses más,algo parecido o quizás no, porque así es él y porque aunque ya no estemos juntos y aunque no lo necesite fue importante y cuando estuvimos juntos sentí que nunca, nunca íbamos a irnos del otro, sin importar esta extraña forma, sin importar nuestras formas y sin importar esa lejanía que tuvimos que poner.



sábado, 12 de noviembre de 2011

Sábados, 4:00 A.M.

Inconscientemente todos los sábados espero hasta tarde despierta, 
los sábados esos que van llegando al domingo me hacen pensar de vuelta, a veces siento que me estoy volviendo loca quizás, pero no es esa locura seria ni médica, es esa locura que te hace imaginar ciertas situaciones, imaginar que la ventana cruje y no es por el frío, que vamos a hablar horas y horas, nos vamos a reír del mundo y nos vamos a mirar a los ojos, mis ojos pequeños, tus ojos claros, imaginar que vas a estar ahí siempre, ya no para ir tomados de la mano, sino para ser compañeros, compañeros de vida, esos eternos, ser parte de la vida del otro,de una forma distinta, bailar sin que nos importara el frío o la hora, bailar en la calle y con un soundtrack único en su especie, algo entre BBK, the Beatles y The Smiths, para mantener nuestras promesas de ser sólo nosotros en contra del mundo, promesas que en el tiempo están cubiertas de quietud, esas que están en pausa.

Espero que estés bien, en el lugar en que estés, que aunque la vida te esté probando te conserves fuerte, yo sé que lo eres, no estás solo, desde hace más de un año no lo estás más y como te dije alguna vez, "aunque no hablemos, aunque no nos veamos te prometo que yo siempre te voy a mandar las energías más buenas y profundas que tengo", la respuesta, tu respuesta "Cony, uno nunca sabe cuando va a estar de vuelta", supongo que nunca lo sabes, hasta que vuelves.


Imaginar por ejemplo que vuelves, vuelves a vivir.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Condensación

Hay ciertas cosas que no entiendo, otras que me dan rabia, otras asco y otras pena, pero no es esa pena profunda, es lástima.
La amargura, la inseguridad, el tener que achacar a los otros weas que simplemente no les corresponden, pa sentirse un poco mejor, echarle al mundo la culpa de tus problemas, porque si, sorpresa!, son tus problemas.

Me carga la mamonería, me carga! “ay mi amorcito, mi gordita, mi chancita”, me carga el “te ami”, “te adori”, si no querí o amai o adorai al weón no lo digai no má po, pa qué usar diminutivos feos, porque puta que son feos, me cargan los “para siempre”, me cargan las promesas y las nubes, puta que me cargan las nubes, me gusta la luna y el sol y el cielo y los cerros y la tierra y el pasto y el mar, me cargan los colores combinados a la perfección, me carga la perfección y los gatos y las pendejas que tiene 14 y usan tacos, weón tengo 19 y jamás en mi puta vida he usado tacos, salvo para la fiesta de licenciatura y sería, pa nunca más, me cargan las minas que muestran la guata y las que usan lentes porque según ellas “son pitis”, pero ven todo bien po, TODO, en verdad es porque les gusta ese aire de “intelectual” que solo los lentes les dan, porque son tontas, tontasweonas, me carga la gente feliz, pero esa felicidad artificial, casi porque tienen que ser felices “porque lo tengo todo pa ser feliz” las pelotas, uno es feliz cuando lo siente no porque tiene auto, casa y una linda familia feliz, esas que almuerzan juntas todos los días pero no tienen la mínima idea de cuál es el sabor favorito de helado del otro, o la canción que más le gusta o donde sueña con viajar , ni una wea.

Me cargan las escaleras mecánicas y las viejas teñidas que tratan de “mijita” o “niñita” a quien se les cruce, me carga que me traten de usted y que me digan “mi niña” (solo mi mamá o alguna tía puede, a veces), me cargan las minas que se auto proclaman pesadas y malas y toda esa mierda, que hacen sufrir a los weones porque son “bacanes” o las que todos sus problemas romanticones/cebolleros son por culpa de “pendejas malditas”, me carga la alegría envasada y la sombra de ojos, sobretodo si te combina con la ropa , me carga la gente que se enfrenta al mundo diciendo “sipo, soy taaaaaaaan diferente y sufro tanto, nadie me entiende”, me carga  la “manicure a la francesa” qué es esa wea?, me cargan los fachos y los pacos y los milicos, los números y esa wea de factorizar por suerte la dejé bien atrás, la comida light, pa eso no como ni tomo coca-cola light, que wea más mala y el agua con gas, las peleas cuando estoy comiendo, se me quita el hambre y ojo, me encanta comer,  me cargan las minas histéricas y neuróticas, amargadas y enojadas con el mundo porque simplemente se mandaron cagasos que no asumen y que no, no son culpa de ellas (en su mundo) porque ojo, la culpa es tuya, me carga el café y el té cargado.


Y después de todo eso estás tú,(no te conozco y no hay ni un mínimo interés, lo que ya sé basta y sobra), la que quizás a veces lee esto o lo encuentre algún día, quizás (si tus lentes te lo permiten) lo leas todo y opines que soy una “típica pobre pendeja que se hace la dulce, tierna y fome”, una “Cony arcoíris”, no soy más pendeja que tú, soy suuuuuper divertida y no tengo problemas, ni con los colores ni con los arcoíris, mi vida está bien y no necesito de nadie a mi lado pa ser más alegre, pa reírme o pa estar bien, no necesito ni de un pito (nada en contra de los que vuelan de vez en cuando), ni de un weón conmigo, ese que me jure amor pa siempre, quizás algún día tú tampoco lo necesites.

jueves, 3 de noviembre de 2011

creo en el ayer

Estaba en el baño y dejaba el celular en el suelo, sonaba y eras tú, abría mucho los ojos y no entendía que pasaba, contestaba y me decías que necesitabas mi celular, que te lo prestara, que nos viéramos, que nos juntáramos en el parque de siempre, ese siempre de antes.

Era tarde y yo seguía en pijama, no entendía nada muy bien pero supongo que después del segundo llamado me decidí a volver, volver a ese lugar.

Ahí estabas, igual que siempre, con las mismas zapatillas de las que me acordaba y las mismas pestañas caídas, estabas ahí como si el tiempo no hubiese pasado, como si aún fuéramos los mismos. 

Nos veíamos y nos abrazábamos, nos mirábamos, íbamos a tu casa y había un tipo adentro, me lo presentabas, me decías "es hermano del flaco, es ambientalista, vive en el valle, en tu amado valle". Mientras yo me quedaba conversando con él tú ibas a tu pieza o a la que había sido tu pieza y traías una bolsa, me decías que nos teníamos que ir, me despedía de él y salíamos.

Caminábamos harto y llegábamos a un lugar que yo nunca había visto, era la hora del sol, de la bolsa sacabas 10 sobres blancos y me los pasabas, me decías "te escribo, te sigo escribiendo, ahora llegó a mi la valentía para entregártelas (las cartas)", todos atrás tenían algo, solo me acuerdo de dos, uno que tenía un dibujo tan tuyo y otro decía "LAN....vuelve luego", te miré con tanta emoción, quizás me reflejaba en tus ojos, el agua salada apareció, te miré y sentí que nada había pasado, que nada malo había pasado, que todo se reducía a eso, a vernos ahí y decir "uno nunca sabe cuando va a estar de vuelta" y creo que yo había vuelto y quizás habíamos vuelto y no sé, esperaba que ahora para quedarnos. 

Eso soñé. 


miércoles, 2 de noviembre de 2011